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Un panorama de las víctimas

imagen borrosa de una persona a través de una ventana lluviosa

Las víctimas de tráfico provienen de múltiples entornos, contextos, son diversos y a veces pasan desapercibidas. Sobrevivientes de tráfico son parte de su comunidad, pueden ser la persona que repara su vehículo, el adolescente que trabaja en el restaurante de la familia o un amigo cercano o familiar que nunca ha contado su historia.

En general, no tenemos mucha información acerca de las víctimas de tráfico humano. Es una industria rodeada de vergüenza, miedo y secretismo. Lo que sí sabemos es que la mayoría de víctimas de tráfico se identifican como mujeres. Mujeres y niños/as son los que tienen más posibilidades de ser víctimas de tráfico sexual, mientras que en el tráfico de mano de obra son más predominantes las víctimas identificadas como hombres. A pesar de que las víctimas que se identifican como transgenero tienen más riesgo de tráfico humano con violencia, tienen menos posibilidades de ser vistas como víctimas y más posibilidades de ser criminalizadas por trabajo sexual y, opuestamente, no estar conectadas con servicios e intervenciones.

Es difícil saber con exactitud cuántas víctimas existen. Se estima que entre 15.000 a 50.000 mujeres y niños/as son forzados al tráfico sexual cada año en los Estados Unidos, Estos números, todo y esto, parecen ser conservadores ya que el Departamento de Salud y Servicios Humanos han calculado también una suposición realistica de 240.000 a 325.000 víctimas. Mano de obra forzada fue impuesta a un 24% de las víctimas verificadas de tráfico humano en los Estados Unidos. Según las autoridades de justicia, las víctimas de tráfico sexual tenian más probabilidades de identificarse como persona de color con un 40% siendo Afroamericano y opuestamente, un 26% siendo blancos. Víctimas de tráfico de mano de obra son más comúnmente identificados como Latinos (63%) o Asiáticos (17%). También inmigrantes, nativos y población de habla no Inglesa fueron definidos como ser más vulnerables al tráfico de mano de obra. 

Niños/as son los más vulnerables en cuanto a tráfico humano se refiere. Un estudio de nueve años en tráfico juvenil descubrió que las víctimas tienen un promedio de quince años, chicas y que habían sido atraídas fuera de sus hogares a través de falsas promesas y, frecuentemente cayendo en manos del mundo de la prostitucion explotada.

Jóvenes adoptivos se enfrentan al riesgo más grande de vulnerabilidad en cuanto a tráfico sexual. Adolescentes que se escaparon de casa y adolescentes en cuidado adoptivo o que han estado en instalaciones residenciales suman 1 de cada 6 víctimas. La falta de supervisión y tutelaje hace que sean víctimas más fáciles para los traficantes y, por consiguiente, aumentando el riesgo de explotación y reclusión. La pandemia COVID-19 ha incrementado severamente el riesgo (véase como COVID-19 afecta los niños/as y adolescentes para más información). Datos de entrevistas a víctimas juveniles muestran que en el tráfico juvenil existe un fuerte deseo de sentirse amado antes de caer en las situaciones donde fueron sexualmente explotados. Viniendo de ambientes donde sufrieron aislamiento, abuso, pobreza, presencia de adicción a drogas o donde su estado LGTB no era aceptado los/las hizo más vulnerables a traficantes sexuales. Así como estos factores de riesgo han aumentado debido a la COVID-19, el riesgo, en general, de trafico de jóvenes también ha incrementado.

La pandemia también ha provocado que personas previamente traficadas volvieran a situaciones de explotación, debido a la necesidad de ganar dinero de forma rápida o por la falta de soluciones a emergencias pendientes y necesidad financiera. Maria Alejandra Cardona comenta: "en los Estados Unidos, personas que pudieron salirse del tráfico humano están ahora considerando — o están siendo forzadas — a volver con sus explotadores ya que han perdido sus empleos, hogar y/o seguro médico. Existen varios riesgos de volver al tráfico humano y las víctimas han informado que están siendo contactadas por sus antiguos traficantes durante la pandemia. Muchas que habían encontrado apoyo a través de refugios se encuentran sin techo debido al cierre de muchos refugios (que solían albergar a víctimas de tráfico humano) a consecuencia de la falta de apoyo financiero. La pandemia también ha creado una nueva clase de víctima. Tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, chicas que no pueden pagar su alquiler, o que son vulnerables a nivel económico, sufren extorsión sexual por parte de sus arrendatarios."
 

Blog 3. Una imagen del Traficante