La violencia sexual ocurre en todas las comunidades y afecta a personas de todos los géneros y edades La violencia sexual es cualquier tipo de contacto sexual no deseado. Esto incluye palabras y acciones de naturaleza sexual contra la voluntad de una persona y sin su consentimiento. Una persona puede utilizar la fuerza, amenazas, manipulación o coacción para cometer violencia sexual.
Las formas de violencia sexual incluyen:
- Violación o agresión sexual
- Agresión sexual a niños e incesto
- Agresión sexual cometido por el cónyuge o pareja de una persona
- Establecer un contacto sexual o tocar a alguien sin su deseo
- Acoso sexual
- Explotación y tráfico sexual
- Exhibir los genitales o cuerpo desnudo a otros sin su consentimiento
- Masturbarse en público
- Observar a alguien mientras realiza actos privados sin su conocimiento o permiso
- Compartir imágenes sin consentimiento
Existe un contexto social que rodea a la violencia sexual. Las normas sociales que avalan la violencia, utilizan la fuerza sobre otras personas: construcciones tradicionales acerca de la masculinidad, la subyugación de la mujer y el silencio acerca de la violencia y el abuso contribuyen a que suceda la violencia sexual. La opresión en todas sus formas se encuentra entre las causas que originan la violencia sexual. La violencia sexual se previene a través de la colaboración de los miembros de la comunidad en varios niveles de la sociedad – en nuestros hogares, barrios, escuelas, comunidades religiosas, lugares de trabajo y en otros entornos. Todos tenemos un papel en la prevención de la violencia sexual y en la creación de normas de respeto, seguridad, igualdad y ayuda a los demás.
¿Qué es el consentimiento?
El consentimiento debe darse de manera voluntaria e informada, y una persona puede cambiar de idea en cualquier momento.
El consentimiento es más que un simple sí o no. Es un diálogo acerca de los deseos, necesidades y nivel de comodidad con diferentes interacciones sexuales.
¿A quién afecta la violencia sexual?
Las víctimas de violencia sexual incluyen personas de todas las edades, razas, géneros y religiones – con y sin discapacidad.
- Cerca de una de cada cinco mujeres en los Estados Unidos ha experimentado una violación o un intento de violación en algún momento de sus vidas (Black et al., 2011).
- En los Estados Unidos, uno de cada 71 hombres ha experimentado una violación o un intento de violación en algún momento de sus vidas (Black et al., 2011).
- Se estima que el 32,3% de las mujeres multirraciales, el 27,5% de las mujeres Indias Americanas / nativas de Alaska, el 21,2% de las mujeres negras no hispanas, el 20,5% de las mujeres blancas no hispanas y el 13,6% de las mujeres hispanas fueron violadas durante sus vidas (Black et al., 2011).
Las víctimas a menudo conocen a la persona que las atacó sexualmente.
Las personas que abusan sexualmente por lo general atacan a alguien que conocen:
- Tres de cada cuatro adolescentes (74%) que fueron atacados sexualmente, fueron víctimas de alguien que conocía bien (Kilpatrick, Saunders, & Smith, 2003).
- Una quinta parte (21,1%) fueron atacadas por un miembro de la familia (Kilpatrick, Saunders, & Smith, 2003).
Las víctimas nunca tienen la culpa.
Elegir violar a otra persona nunca se trata de “tomar demasiado alcohol”, “tratar de pasarla bien” o “dejarse llevar”, ni tampoco se trata de la ropa que alguien use, cómo se comportaron o qué tipo de relación tenían con la persona que las atacó. Violar a otra persona es una elección.
La violación no suele reportarse ni condenarse.
Una persona puede elegir no reportar a la policía o no contarle a nadie acerca de la victimización que sufrieron por varios motivos. Algunos de los más comunes son:
- Temor a que no les crean
- Temor a represalias
- Vergüenza o temor a que les echen la culpa
- Presión por parte de otras personas
- Desconfianza en las autoridades competentes
- Un deseo de proteger al atacante por diferentes motivos
El impacto de la violencia sexual
El impacto de la violencia sexual va más allá del individuo que sobrevive, y alcanza a toda la sociedad.
Impacto en los sobrevivientes
Una agresión puede afectar la vida diaria de un sobreviviente sin importar cuándo sucedió. Cada sobreviviente reacciona a la violencia sexual de su propia manera diferente. Las reacciones emocionales más comunes incluyen la culpa, la vergüenza, el miedo, la insensibilidad, el shock y los sentimientos de aislamiento.
Los impactos físicos pueden incluir lesiones personales, preocupación acerca de un embarazo o el riesgo de contraer una infección de transmisión sexual. Los impactos económicos de la violencia sexual incluyen gastos médicos y de otro tipo, además de cosas como el tiempo de trabajo perdido. Los efectos psicológicos a largo plazo que pueden afectan a los supervivientes si sus traumas no son tratados.
Entre algunos efectos se incluyen: trastorno por estrés postraumático, ansiedad, depresión y aislamiento, entre otros.
Impacto en los seres queridos
La violencia sexual puede afectar a padres, amigos, parejas, hijos, esposos, y/o compañeros de trabajo de los sobrevivientes. A medida que tratan de encontrarle el sentido a lo que sucedió, los seres queridos pueden experimentar reacciones y sentimientos similares a los del sobreviviente tales como temor, culpa, autorreproches y enojo.
Impacto en las comunidades
Las escuelas, los lugares de trabajo, los barrios, los campus y las comunidades culturales o religiosas pueden sentir temor, enojo o incredulidad cuando la agresión sexual se desarrolla en esa comunidad. La violencia de cualquier tipo destruye todo sentido de seguridad y confianza. Hay costos económicos para las comunidades, como por ejemplo, servicios médicos, gastos de la justicia penal, honorarios por servicios de crisis y salud mental, y la pérdida de las contribuciones realizadas por el individuo que se ve afectado por la violencia sexual.
Impacto en la sociedad
Las contribuciones y logros que pudieran nunca lograrse como resultado de la violencia sexual representan un costo para la sociedad que no puede medirse. La violencia sexual debilita los pilares básicos de la seguridad y confianza que la gente anhela sentir en sus comunidades porque crea un ambiente de miedo y opresión.
Un estudio reciente de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades encontró que las víctimas individuales de violencia sexual pierden $122.461 dólares durante toda la vida en costos asociados con salarios perdidos, salud, justicia penal y daño a la propiedad (Peterson et al., 2017). Investigaciones adicionales demuestran que la violencia sexual puede descarrilar la educación y el empleo de la persona, lo que provoca una pérdida de ingresos de $ 241.600 dólares a lo largo de la vida (MacMillan, 2000).
El agresión sexual y la respuesta al trauma relacionada puede alterar el empleo de los sobrevivientes de diversas maneras, incluyendo debido a que deben tomarse un tiempo fuera del trabajo, o que pueden sufrir de un desempeño reducido, la pérdida del empleo e incapacidad de trabajar (Loya, 2014).
En 2015, solo la Comisión de Igualdad de Oportunidades Laborales [Equal Employment Opportunity Commission] recuperó $ 164.5 millones de dólares para los trabajadores que alegaron acoso sexual (Equal Employment Opportunity Commission, 2016). Los costos indirectos para los empleados incluyen menor productividad, mayor cantidad de reemplazos de empleados y daños a la reputación.
Referencias
Black, M. C., Basile, K. C., Breiding, M. J., Smith, S. G., Walters, M. L., Merrick, M. T., Chen, J., & Stevens, M. R. (2011). National Intimate Partner and Sexual Violence Survey: 2010 summary report. Retrieved from the National Center for Injury Prevention and Control, Centers for Disease Control and Prevention: http://www.cdc.gov/violenceprevention/pdf/nisvs_report2010-a.pdf
Equal Employment Opportunity Commission. (2016). Final Report of the EEOC Select Task Force on the Study of Harassment in the Workplace. Washington. D. C. Retrieved from: https://www.eeoc.gov/eeoc/task_force/harassment/index.cfm
Kilpatrick, D. G., Saunders, B. E., & Smith, D. W. (2003). Youth victimization: Prevalence and implications (NIJ Research Brief NCJ 194972). Retrieved from the National Criminal Justice Reference Service: https://www.ncjrs.gov/pdffiles1/nij/194972.pdf
Loya, R. M. (2014) Rape as an economic crime: The impact of sexual violence on survivor’s employment and economic well-being. Journal of Interpersonal Violence, 30 (16), 2793-2813. doi:10.1177/0886260514554291
MacMillan, R. (2000). Adolescent victimization and income deficits in adulthood: Rethinking the costs of criminal violence from a life-course perspective. Criminology, 38(2), doi: 10.1111/j.1745-9125.2000.tb00899.x
Peterson, C., DeGue, S., Florence, C., & Lokey, C. N. (2017). Lifetime economic burden of rape among U.S. adults. American Journal of Preventive Medicine. doi:10.1016/j. amepre.2016.11.014