Durante todo el mes de la herencia latina e hispana celebrado en los Estados Unidos, queremos hacer un especial reconocimiento a los movimientos feministas que le han apostado a la lucha por los derechos de las mujeres latinoamericanas e hispanas. Es que ser mujer en un país latino e hispano no es fácil: la inequidad, la falta de oportunidades, las agresiones físicas, verbales y emocionales, y la violencia por el hecho de ser mujer es extremadamente preocupante.
Por ello, esta entrada va dedicada a exaltar el valor de aquellas mujeres que con su lucha intensa contribuyen a derrotar la brecha de géneros que persiste en nuestras comunidades latinas e hispanas, sin importar incluso poner en riesgo sus propias vidas.
Si quieres entender el presente, échale un vistazo al pasado
Personalmente pienso que la hostilidad tan marcada del hombre hacia la mujer latina o hispana tiene componentes históricos. Antes de la llegada de los españoles a América, a finales del siglo XV y todo el siglo XVI en adelante, la mujer fue vista en muchos territorios como imagen sagrada y con fuerza política. Solamente por citar algunos ejemplos, la Coya, en el antiguo imperio incaico, estaba a la par del hombre y juntos organizaban las sociedades; o Chicomecóatl en el imperio azteca, diosa de la subsistencia.
Pero tiempo después, los españoles y sus ideas soportadas en la iglesia, pondrían a la mujer en una posición menor. Juan de la Cerda, noble español en 1599, diría: “Muy sano consejo es para las mujeres rogarles que sean calladas, pues son poco sabias”. De ahí en adelante, la historia la conocemos perfectamente y sabemos cómo la mujer latinoamericana e hispana ha sido puesta en posición de desventaja y desigual.
Cambiando la historia
A partir de 1960 y hasta la actualidad, los grupos feministas latinoamericanos e hispanos se han propuesto cambiar la historia, esta vez contada desde la voz de las mujeres y con el propósito de enmarcar las diferencias de la mujer latina e hispana con sus pares en todo el mundo. La lista puede ser muy extensa, y solamente citaré algunos, y que en esa búsqueda de información, tu curiosidad te lleve más lejos: La Casa del Encuentro, grupo de Argentina en contra de los feminicidios; Miles, organización chilena dedicada a la legislación sobre el aborto; Organización Fraternal Negra Hondureña, en Honduras y comprometidas con la defensa de la mujer afroindígena.
Si queremos entender el feminismo latinoamericano e hispano, tenemos que comprender que éste se desprende de una lucha basada no solo en la discriminación por género, sino también por religión, raza, etnia y por idioma: América Latina, por ejemplo, tiene una población que entre todos los países conjuntos suma más de 626 millones de personas, y con ello una multiplicidad de idiomas, aparte de los oficiales (español, portugués y francés). Diversas comunidades indígenas de Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, México y Guatemala comparten idiomas como el Quechua, Guaraní, Aymara, Náhuatl y Maya, lo que traduce una forma diferente de interactuar con la realidad que les rodea, de apropiación cultural, pero sobre todo de diferenciarse del hombre y la mujer occidental.
Feminismo latinoamericano en Estados Unidos
En los Estados Unidos, WOAR–Woman Organized Against Rape- un grupo de mujeres basado en Filadelfía en contra de la violación, trabaja a diario en la lucha contra la violencia sexual así como en proteger los derechos de la mujer, promoviendo específicamente la lucha feminista latina e hispana en los Estados Unidos. La principal razón de esta acción es una enorme deficiencia al no ser interculturales, y no poder entender otras culturas y sus necesidades. El feminismo, como movimiento e ideología, debe ser capaz de cruzar las fronteras no solo territoriales sino culturales, e ir directo hacia las prioridades que hoy tiene la mujer latina e hispana: la posibilidad de participar en la toma de decisiones, el tener una vida digna y no ser maltratada o asesinada por el hecho de ser mujer.
Celebremos y nunca olvidemos nuestra historia
Disfrutemos nuestra herencia latina e hispana y compartamos con los estadounidenses y demás comunidades del mundo toda nuestra historia y cultura. La celebración de nuestra herencia es parte de quienes somos, y hoy los hombres y las mujeres, juntos, cargamos la bandera del feminismo latinoamericano e hispano en defensa de los derechos de la mujer. Juntos, por una sociedad justa e igualitaria.
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