Rutas hacia espacios virtuales respetuosos y con consentimiento
Desde las aplicaciones de mensajería hasta los sitios web de citas, existen muchas maneras en que las personas están estableciendo conexiones en Internet. Aunque no estés hablando en persona con alguien, aún es necesario obtener y dar consentimiento. Siempre debes considerar cómo tus acciones podrían hacer sentir a otra persona y hacer preguntas si no sabes.
A diferencia de las interacciones en persona, las conversaciones digitales pueden tener menos señales claras como el lenguaje corporal, el contacto visual, la postura o el tono de voz, los cuales pueden indicar cómo se está sintiendo la otra persona en realidad. Cuando nos comunicamos en Internet, es importante desarrollar nuevas maneras de reconocer los límites de los demás y darles el espacio para reconocer nuestros límites también. Si dejamos de hacer suposiciones y empezamos a comunicar claramente cuáles son nuestros límites y a hacer preguntas cuando no estamos seguros de algo, podemos crear una ruta hacia espacios virtuales con más respeto.
Cuando practicamos el consentimiento de manera cotidiana, demostramos respeto por nosotros mismos y por los demás. El consentimiento nos da un marco de trabajo para comunicar límites y entender cómo nuestras decisiones afectan a los demás.
¿Qué es el consentimiento?
Hay consentimiento cuando alguien da permiso para que ocurra algo o acepta hacer algo.
Cuando le pides a alguien su consentimiento, esa persona debe saber específicamente qué está aceptando hacer, así que asegúrate de que quede claro lo que estás pidiendo. Por ejemplo, decir, “¿Quieres hablar por FaceTime hoy a las 6 de la tarde?” es una manera más específica de pedir algo, en vez de decir, “¿Tienes tiempo para hablar?”. El consentimiento también debe ser voluntario, así que, quienes acceden a hacer algo, deben hacerlo libre y totalmente por voluntad propia, sin presión, sin culpa y sin coacción de la persona que le pide hacer la actividad.
El consentimiento en contextos y situaciones virtuales
Cuando se trata de actividades sexuales que se llevan a cabo a través de pantallas, como el sexting (intercambio de mensajes sexuales por celular), envío de fotos de desnudos o la comunicación para tener relaciones sexuales en persona, el consentimiento digital es el aspecto básico que debe existir para proseguir.
El consentimiento digital es una manera de referirse al consentimiento sexual que ocurre a través de las pantallas.
Al igual que con los encuentros en persona, el consentimiento debe ser una conversación continua cuando se estén comunicando digitalmente. Aunque no estés hablando en persona, siempre debes considerar cómo tus acciones podrían hacer sentir a otra persona y hacer preguntas si no sabes
Podemos practicar el consentimiento digital al hacer lo siguiente:
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Pedir permiso antes de enviar mensajes o textos explícitos.
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Respetar las decisiones de los demás luego de haber preguntado. Nunca está bien coaccionar o presionar a ninguna persona a que envíe fotos o grabe actos sexuales. Si alguien dice “no” después de que le hayas pedido su consentimiento digitalmente, respeta su decisión y deja de hablar del tema.
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Hay que entender que todos tienen límites con respecto a conocerse en persona. Si se conocen por Internet o a través de una aplicación, asegúrate de que ambos estén de acuerdo sobre el próximo paso y que se sientan cómodos y seguros conociéndose en persona. Independientemente de lo que esperen los demás, todos tienen el derecho de decidir qué les conviene y actuar en concordancia con esos valores.
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Pregunta en cada interacción. Es importante obtener consentimiento digital en cada interacción. Incluso si tu pareja ha aceptado hacer alguna actividad sexual en el pasado, no está obligada a aceptar hacerlo de nuevo.
El consentimiento no solo es importante en términos del sexo: hay maneras cotidianas en las que negociamos nuestras necesidades con las de los demás.
El consentimiento cotidiano significa que comunicamos nuestros límites y buscamos la perspectiva de los demás antes de realizar acciones que afectan a otra persona.
Podemos practicar y ejemplificar el consentimiento cotidiano en Internet al hacer lo siguiente:
- Respetar los dispositivos y cuentas de los demás. Nunca está bien tratar de desbloquear el teléfono de otra persona sin su permiso ni mirar sus mensajes de email o de texto. De igual forma, cuando compartas un dispositivo con alguien, sal de las cuentas en las que no tienes permiso y no mires la información privada de la cuenta de nadie.
- Pedir permiso antes de publicar la foto de otra persona en las redes sociales y antes de publicar, compartir o enviar la foto o información personal de otra persona
- Consultar si está bien compartir información fuera de la charla individual que se tuvo.
- Llegar a un acuerdo sobre el uso de una plataforma y dar opciones para la comunicación, por ejemplo, dar la opción de no prender la cámara durante las videollamadas.
- Dejar claro tu horario de disponibilidad para actividades como las videollamadas y llevarlas a cabo dentro del período acordado. Avisarle específicamente a un amigo o colega que quieres hacer una videollamada, en vez de suponer que será así.
Recursos adicionales
- Cómo fijar límites durante los días festivos en medio de una pandemia de NSVRC
- Consentimiento digital en la era de la COVID-19 de NSVRC
- El consentimiento y la distancia social de Prevent Connect
- La cuarentena es una oportunidad para enseñar acerca del consentimiento de Men Can Stop Rape
- Es hora de empezar a negociar el consentimiento fuera del ámbito sexual de The Swaddle
- ¿Yo dije que estaba de acuerdo con esto? Cómo entender el consentimiento y los límites, de la Federación Nacional para los Ciegos.
- Cómo enseñar sobre el consentimiento en la época de las interacciones románticas digitales, de Times of India.